algo con lo que Europa no se puede equivocar Por CoinTelegraph

Europa sabe que pronto tendrá que adoptar un euro digital. Para convertirse en un líder digital global y evitar la dependencia de las infraestructuras tecnológicas estadounidenses y asiáticas, los legisladores y reguladores europeos deben tomar decisiones progresivas.
Un obstáculo fundamental para el pensamiento económico digital de Europa son las denominadas monedas estables. Las monedas estables se pueden emitir de forma privada y tienen el potencial de convertirse en globalmente aceptadas y sistémicamente relevantes, alterando los sistemas financieros establecidos desde hace mucho tiempo. En consecuencia, las discusiones políticas de hoy en torno a las monedas estables están dominadas por preocupaciones sobre la estabilidad financiera y la política monetaria ordenada.
Los planes regulatorios actuales socavan la innovación y favorecen a los grandes bancos y las grandes tecnologías
La Regulación de los mercados de criptoactivos de la Unión Europea, o MiCA, tiene como objetivo ser un marco regulatorio integral para los criptoactivos, incluidas las monedas estables. Su alcance actual está cambiando a medida que el Parlamento Europeo y los gobiernos de los estados miembros luchan con borradores de textos que aportan cierta seguridad jurídica, potencialmente al precio de una complejidad considerable. Como resultado, la emisión de monedas estables en Europa podría terminar requiriendo una licencia bancaria, lo que favorece a los actores financieros establecidos (y no necesariamente muy innovadores). De hecho, la carga regulatoria general de MiCA podría ser muy costosa, y aquellos con recursos administrativos considerables serían los más capaces de cumplir, a saber, los grandes bancos y las grandes tecnologías.
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